La vida simplemente...

"Si le hubiera cortado las alas habría sido mío, no habría escapado. Pero así, habría dejado de ser pájaro. y yo... yo lo que amaba era un pájaro" Mikel Laboa.

viernes, septiembre 15, 2006

Carta a un hombre de verdad


Estas líneas se encuentran dirigidas a un hombre de verdad, de esos hombres que van de frente por la vida, idealistas, soñadores, luchadores, consecuentes, consistentes….en fin de esas personas que simplemente han vivido la vida a su manera…. no se trata de un amor de juventud, ni de un amor fugaz, sino de un reconocimiento y homenaje a través de estas líneas a un humilde hombre, forjador y colaborador en mi historia de vida, de lo que soy, lo que represento y de lo que en el futuro puedo llegar a ser…

Me refiero a mi abuelo, un hombre excepcional, de 80 y tantos años, cabellos plateados, manos cansadas y encalladas de tanto trabajar, de labrar la tierra, de internarse en el bosque para llegar con leña al hogar, de viajar horas y horas para llegar a su trabajo y en donde luego de un agotador mes de duro esfuerzo, recibía un sueldo diminuto que nos alcanzaba para comprar el pan, pagar algunas deudas y alimentarnos… pero éramos felices, mi abuela cada tarde lo esperaba con la cocina a leña encendida, la tetera puesta en el fuego, un buen mate de yerbas y el pan amasado recién salido del horno.

Cada noche, a pesar de las advertencias de la abuela que ya era tarde y debía ir a dormir, me daba vueltas y vueltas por toda la casa con la sola finalidad de verlo llegar, darle un gran abrazo, sentarme en sus piernas y escuchar sus viejas historias, para luego a medio dormir, dando tumbos por la casa llegar a mi cama, darle gracias a dios por que mi abuelo estaba bien… cerrar los ojos y dormir.

Cada mañana casi antes que cantara el gallo, me despertaba con ese exquisito olor a leche y a tostadas, la mesa puesta, mi uniforme sobre la cama, mis hermanos siempre discutiendo y mi abuela de un lado para otro….siempre trabajando, como una hormiguita, como una especie de mujer incansable que nunca estaba triste, que siempre tenia respuestas para todo y que pasase lo que pasase estaba serena y feliz…

Como olvidar, las cientos de veces en que bien abrigaditos, mi abuelo de la mano nos llevaba a la escuelita, nos contaba historia, nos enseñaba de los árboles, de la vida, de las cosas del campo, de la política, del país y de que en algún minuto las cosas iban a cambiar… yo realmente lo admiraba, me encantaba escucharlo conversar, embelesarme con sus historias y aprender de él, aún cuando sabía que la vida no era fácil para él.

Recuerdo una vez, en que agobiada de tanto caminar, con la lluvia mojando nuestros cuerpos, el frío colándose por nuestra piel, el peso de los cuadernos y de todas las cosas que cargar para llegar a la escuela, me puse a llorar y le reclame a mi abuelo porque la vida no era justa con nosotros… mientras nosotros debíamos caminar 6 horas al día para ir y regresar de la escuela, otros compañeritos asistían en sus vehículos sin tanto esfuerzo… entonces, luego de meditar un rato y mirarme fijamente a los ojos sabiamente me dijo: “Mira hija, la vida no siempre es justa, pero de nosotros depende hacerla cada día un poco más justa, más igualitaria, más equitativa… por eso debes estudiar, aprender, conocer, para que el día de mañana te pares de igual a igual frente a otras personas; Así es que ahora deja de llorar, sécate esas lágrimas y nunca olvides que en esta vida deberás recorrer muchos caminos como este o tal vez más difíciles y oscuros… por eso cada día cuando llegues a tu escuelita, mira hacia atrás y siéntete orgullosa de lo que haz logrado…”

Esas palabras bastaron para confortar mi alma, mi espíritu y mi cuerpo cansado por la caminata y el frío… solo eso basto para aprender una gran lección a mis cortos 6 años de edad y creo que desde ese día fui con mayor anhelo a mi escuelita y la quería mucho más a pesar de sus precarias condiciones, de su estufa de aserrín, de su piso de madera, de sus ventanas muchas veces forradas con plástico…

En verdad, mi abuelo Juan era y seguirá siendo especial, siempre hablaba de una gran revolución social, de que lo más importante en las personas era el honor y la palabra, los ideales, la libertad y un sin numero de cosas que solo hasta ahora logro comprender… la consistencia… eso es lo fundamental, siempre me lo recordaba, pero yo solo hoy lo comprendo.

Para los que viven y han vivido en el campo saben de lo que hablo, si bien se sufre mucho, también se comparten muchas cosas, historias, tradiciones, fantasías y sueños que hasta ahora quedan en mi interior, a pesar de los años y la distancia… pero las raíces quedan y eso se manifiesta día a día en la forma simple, profunda e ingenua de ver el mundo.

Como olvidar esos terribles inviernos en que pasábamos días y días sin agua ni luz, sin asistir a la escuela, ni ver a los amigos, cuidando de los animales y echando mucha leña a la cocina… para permanecer abrigados, para contar historias y escuchar los sabios consejos de mis abuelos…mientras, yo siempre acompañada de mis cuadernos, escribía como hasta hoy lo hago historias y fantasías, con duendes, hadas y bosques encantados, espíritus y señales del más allá; las que luego orgullosa leía en voz alta a mi abuelo, quien muchas veces ocultando una pequeña lagrima a la luz de una vela, me abrazaba y me decía que estaba muy orgulloso de mí…. Que nunca me cansara de escribir, que en las letras se encontraba el conocimiento y la verdad, que solo las historias me harían libre, que no importaban los tipos de cuadernos que utilizara o las hojas en que escribiera, sino que nunca me cansara de escribir…. De creer en mis sueños, de luchar y de esforzarme por ser siempre la mejor.

A veces me emociona mirar hacia atrás, hacia mucho tiempo que no lo hacia, recordar mi historia y la de mi abuelo… el hombre idealista y bonachón, cariñoso, querendón, revolucionario, de familia, amante de sus amantes, caminante de mil caminos, perseguido y nunca encontrado, a veces detenido, a veces maltratado, pero siempre digno y soñador….

En verdad creo que eso si es un hombre de verdad, que siempre fue y va de frente por la vida y que a pesar de sus pensamientos e ideales, me quería y amaba por sobre todas las cosas… de no haberme amado tanto, me hubiese puesto de patadas en la calle cuando a mis 16 años llegue a la casa con un CADETE DE LA ESCUELA MILITAR, porque quería "pololear”…yo ya estaba en la universidad, y no sé si con tanto estudio las neuronas se me atrofiaron o de alguna u otra manera olvidé todo lo que me habían enseñado, pero a esa edad pensaba que estaba enamorada…

Mi abuelo nos recibió, nos observo, mi “pololo” de uniforme aparentando dar un discurso mientras yo nerviosa guardaba silencio y luego se produjo una larga pausa…en seguida mi abuelo exclamo: “Mira… no sé si tú conoces mi historia, ojala mi nieta te la haya contado, fui perseguido y torturado, pero yo no soy igual a Ustedes, por eso te voy a dar la posibilidad que ingreses a mi casa, que conozcas mi familia, que compartas con nosotros y nos aceptes… como hace muchos años Ustedes los Militares no lo hicieron conmigo y mi familia. Solo espero no estarme equivocando…. Bienvenido a mi hogar”.

La historia se prolongó por 12 años, de pololos a novios y de novios… bueno a ninguna parte, con mi corazon y mi orgullo pisoteados… ante lo cual mi ya sordo y cansado abuelo solamente exclamo: “Estos militares, siguen siendo los mismos Milicos de siempre…”

Creo que este fue y seguirá siendo uno de los más sabios consejos que he escuchado en la vida… por esto, cada vez que miro a mi viejito, no me canso de pedirle perdón, por haberlo traicionado, por haber traicionado mis ideales, pero por sobre todo por haberme olvidado de quien fui y de quien soy.

Por todo esto y por mucho, mucho más, vayan estas líneas a un hombre de verdad.

Mi abuelo Juan.

“Debemos arrojar a los océanos del tiempo una botella de náufragos siderales, para que el universo sepa de nosotros lo que no han de contar las cucarachas que nos sobrevivirán: que aquí existió un mundo donde prevaleció el sufrimiento y la injusticia, pero donde conocimos el amor y donde fuimos capaces de imaginar la felicidad”.

Gabriel García Márquez

miércoles, septiembre 13, 2006

Carta de despedida a mis Hijos


Esta carta se encuentra dirigida a todas aquellas madres, que por alguna u otra razón a lo largo de sus vidas han perdido a un hijo…

Esta idea surge, como una forma de sanación personal, de crecimiento y desarrollo personal o simplemente a raíz del dolor experimentado por una persona muy ligada a mí, que desde la muerte de sus niños no ha logrado cerrar un ciclo, lo cual le ha impedido avanzar en la vida…


A mis queridos y siempre recordados niños:

Hijitos míos, hoy es un día muy especial para mi y creo que de alguna manera también para ustedes, porque de alguna u otra forma, hoy nos vamos a despedir y vamos a pasar a una etapa mucho mas avanzada, en donde ni el tiempo, ni el espacio nos podrá separar, en donde Ustedes mis amados hijos formaran parte de mi historia, de mi vida, mi pasado y porque no decirlo de mi presente…porque siempre estarán a mi lado, siempre en mi corazón, mi cabeza, mis pensamientos y todo lo que haga, pero ya nunca mas con tristeza o con angustia, sino con alegría y esperanza… esperanza de que algún día nos volvamos a encontrar y entre muchos angelitos, muchos niñitos me sonrían y yo los reconozca entre muchos otros niños y bebes.

Se que en una fecha como hoy, salieron de mi vida tan fugaz como entraron en ella, que durante todo este año y estos mese me he culpado de su partida, de su muerte, de no ser capaz como mujer de protegerlos, de hacerlos permanecer en mi vientre y de traerlos a este mundo; en donde tal vez muchas cosas los esperaban… al menos mucho amor y cariño de mi parte, pero creo que la vida por alguna u otra razón nos coloca pruebas para crecer y avanzar, para aprender a vivir y eso hijitos míos es lo que me faltaba y aun me falta … simplemente vivir, aceptarme, reconocerme, pararme de frente al mundo y decir simplemente aquí estoy, esto soy y así soy, para que de alguna manera ustedes mis amados niños se sientan orgullosos de mi.


La verdad, es que creo que esta es la carta más difícil que me ha tocado escribir en muchos años, simplemente, porque se trata de ustedes, porque el dolor que su partida me causó es una pena que creo hasta ahora no he podido superar y de la cual día a día me trato de levantar y es que su recuerdo siempre me persigue, en todo lo que hago, en todo lo que toco, lo que pienso y lo que siento… y es que como dicen por ahí un hijo nunca muere y aunque nunca vi sus rostros con el solo hecho de escuchar el sonido de sus corazones eso basto para saber que eran parte de mí y que por siempre formarían parte de mi historia pasase lo que pasase….

Mis niños, hay tantas cosas que me gustaría decirles, cosas que salen desde el fondo de mi corazón, de mi alma destrozada en mil pedazos desde el mismo día en que supe que tarde o temprano tendrían que partir, porque yo los esperaba, creo que siempre los espere, y justo en el momento de su llegada tuve que comenzar a despedirme, aun cuando albergaba las locas esperanzas de que se quedaran a mi lado para siempre , pero hoy, en que ha pasado el tiempo y he recobrado mis fuerzas sé que todo pasa por algo y fue en esos precisos momentos en que aprendí en que a pesar de estar completamente sola era mucho más fuerte de lo que todos pensaban, que podía salir adelante y que por siempre los iba a amar y serian mi pequeño gran secreto, mis esperanzas, mis angelitos de la guarda, mis lucecitas, mis compañías…

Por eso, hoy quería serrar el ciclo como muchos otros que debo serrar en mi vida, sanarme de muchas cosas, curar mis heridas, limpiarme y perdonar todo el daño y la pena que me han causado algunas personas y situaciones a lo largo de mi historia, para poder avanzar y rehacer mi vida… aun cuando ustedes mis queridos hijos solo han sido una lucecita en mi camino, ustedes no tienen nada de que avergonzarse o arrepentirse o sentirse mal, solo deben volar y descansar… porque su madre ahora ya es libre, y lo que es mas importante con esta cartita y este proceso los deja libre a ustedes, para que vuelen muy lejos a un lugar seguro donde muchos otros niños iguales a ustedes juegan tranquilos en dulces pastos, rodeados de árboles y arroyuelos, esperando reencontrarse algún día con sus padres… y no se preocupen porque yo los reconoceré, son carne de mi carne y eso no se olvida.

Estoy en paz con ustedes, estoy es paz con migo misma y lo que es mas importante estoy en paz con su padre, él no tiene la culpa de nada, algún día mirara hacia atrás y de seguro los recordara con amor y cariño como yo lo hago ahora y si no es así, será la propia vida, la que le recuerde que en una ciudad muy lejana, una mujer que lo esperaba y lo quería mucho, alguna vez albergó en su vientre por largos 5 meses a dos hermosos niños… así es que no se preocupen, ustedes siempre estarán en mi y de alguna manera en él.

En esta historia ya no hay culpables, en esta historia ya no hay pena, ni dolor, solo amor y recuerdos felices, esperanzas de que el día de mañana ustedes mis angelitos de la guarda me envíen a mi verdadero amor y a unos niños tan hermosos como ustedes, que no los remplacen claro esta, porque nunca los podría remplazar, sino que los acompañen desde la distancia.

Los quiero, los quiero mucho, creo que siempre los voy a querer, pero de una manera especial, sin culpas, sin reproches y sin penas, sin temor, sin miedos y lo que es mas importante ya sin dolor… son parte de mi historia y jamás los voy a negar… siempre serán mis BRAYATAN, mis niñitos del alma, mis hijos del corazón, del alma y del espíritu…

Cada día, cada noche los recordaré, miraré el cielo y las dos estrellas más cercanas y brillantes que observe a la distancia sabré que son ustedes, los saludare desde mi ventana, les haré una seña y desde mi corazón les diré que estoy bien y que cada día crezco y avanzo un poco más… me acepto, me quiero y me entiendo.

Ojala ustedes, me sonrían de la misma forma, acelerando el latido de mi corazón, brillando con mas fuerza, pensando para mis adentros que ustedes son mis hijos y ahora descansan en paz…. Ahora nada les debo… ahora ustedes nada me deben a mi, ahora… estamos en paz.

Los amo y nunca los voy a olvidar.

Pueden volar, que desde este momento su madre comienza de nuevo a nacer, porque ya basta de torturarse, de seguro a ustedes no les gusta verme así, destrozada, destruida, cansada y agotada de la vida… ahora es su madre la que se arto de todo esto, la que toma las riendas de su vida y decide renacer de las cenizas, ponerse de pie y dar lentamente pacitos, pero con la convicción y la esperanza de que cada día que pasa es un avance y que nunca, pero nunca más me volveré a equivocar o a desviar del camino, porque ya estoy encontrando mi esencia, mis raíces, mi ser y lo que siempre fui…

No crean hijos míos que la partida ha sido fácil, de hecho, escribir esta carta y despedirme de ustedes ha sido lo más difícil de todo, siempre me negaba a aceptar la realidad, vivía soñando en que todo sería como antes, pero no puedo añorar lo que jamás sucedió, ustedes ya no están y bueno… lo debo aceptar… nada será como antes, no importa cuanto desee las cosas o cuanto le pida a dios que las cosas cambien, la vida continua y yo sigo aquí esperando milagros y eso no sucederá…. Por otro lado, despedirme para siempre de su padre y darme cuenta que nunca me quiso de la forma en que yo lo amaba es otro avance, he llorado, he sufrido, pero sigo en pie, ahora ya no sufro, ya no lloro, y ya no lo recuerdo como antes… es mas creo que ya no lo odio, porque engendrar odio en el corazón no es bueno, solo nos envenena el alma, nos destruye… prefiero creer y pensar que si se puede amar y querer sin esperar nada a cambio, que si se puede ser feliz con cosas simples y que en realidad solo debo dejarme querer y amar.

Bueno amados hijos… descansen mucho, porque su madre por primera vez en muchos meses dormirá tranquila y soñara con ustedes.

Los quiero y los llevare siempre en mi corazón.

Cariños y abrazos a la distancia.
Su madre por siempre y para siempre…

domingo, septiembre 10, 2006

Cosas de la vida...


Muchas veces a lo largo de mis cortos pero bien aventurados 29 años, me he preguntado respecto a la capacidad de algunos profesionales, especialmente de las ciencias sociales, que con una especie de inspiración divina o de aletargado conocimiento adquirido en las aulas de clases, invade la vida de cientos y cientos de personas en este país, especialmente los mas desamparados y desprotegidos de nuestra sociedad, quienes sin ser observados como sujetos de derecho, forman las innumerables filas de las estadísticas de este país… estadísticas de pobreza, de marginalidad, de desempleo, entre otras.
De esta forma, no es por decirlo menos humillante cuando nos vemos enfrentados a una seguidilla de preguntas de índole personal, laboral, educacional, familiar y social, cada vez que somos visitados o abordados por profesionales de las ciencias sociales, debiendo forzosamente abrir las puertas de nuestro hogar para que invadan nuestra intimidad y simplemente nos señalen que tenemos no uno sino cientos de problemas…. Cuando eso salta a la vista y lo que ansiosamente se espera es colaboración, apoyo o simplemente ayuda moral.
Muchas veces, olvidamos que los problemas surgen desde el cristal donde se miren, o de la óptica de quien enfrenta el problema y que lo que para algunos es un drama existencial o social grave, para otros simplemente corresponde a un estilo de vida, una forma de sobrevivir, avanzar, crecer, alcanzar lo que algunos llaman “igualdad”, pero… estimados amigos míos aunque no lo reconozcamos esto es casi siempre con dignidad; situación que generalmente es olvidada, ya que como profesionales creemos contar con la verdad absoluta, simplemente por el hecho de que una Universidad o Instituto les dio un diploma.
Más grave es aún, cuando dichos profesionales deben realizar un juicio profesional respecto a una situación determinada, señalando que es lo mas o menos conveniente para un determinado grupo, el cual no solo muchas veces es discriminado por su condición de marginalidad social, sino por pertenecer a los cientos de compatriotas que se encuentran bajo la línea de la pobreza. Realizando juicios de valor que no solo estigmatizan a niños, adolescentes y ansíanos, si no que desestructuran grupos familiares que bajo la teoría de sistema, simplemente se acoplaban y funcionaban para sobrevivir.
Frente a este punto, me he cuestionado innumerablemente al igual que muchos chilenos y chilenas, el nivel de la educación superior en nuestro país, porque no olvidemos que son los profesionales, quienes se enfrentan a la realidad, una realidad con nombre y apellido, una historia de vida, valores, sentimientos y emociones, debiendo decidir sobre la vida de estos individuos y su realidad, en donde muchas veces prevalecen los prejuicios y nuestro “profesionalismo”, en desmedro de una realidad o contexto social que miramos desde fuera... Tal vez, quienes laboran en el área de las ciencias sociales deben cargar con un mayor grado de responsabilidad social, pues el futuro de muchas personas se encuentra en sus manos, en donde creo fehacientemente que “… en vez de dar peces a las personas es simplemente necesario enseñarles a pescar….” otorgarle las herramientas para que aprendan a subsistir o rescatar desde su esencia lo mejor de ellos mismos, porque creo en las personas, porque creo en sus capacidades y simplemente porque soy una de ellas, quien se a visto violentada en su intimidad por cientos y cientos de profesionales de las ciencias sociales, tan solo por no poseer aquello que para la mayoría es un derecho.

LOS CHILENOS EN EL CHAT


Hace algún tiempo agobiada por la soledad y el desconsuelo de una ruptura sentimental, me dio por sumergirme en el infinito mundo del cyber espacio, chatear, conocer personas por Internet como una forma de ampliar mis horizontes, mi círculo social o bueno simplemente no estar tan sola…
En mis comienzos, algunos buenos y fieles amigos me aconsejaron para que me inscribiera en un programa en donde no solo figuraran algunos antecedentes personales, como mi fecha de nacimiento, edad, sexo y algunas característica particulares; situación que en sus inicios más que humillante resulto ser algo avergonzante, porque junto a lo anterior debía figurar mi foto.
Esa terrible sensación de estar colocando a la venta una especie de mercancía femenina, a diario circulaba por mi cabeza, y en más de alguna oportunidad me vi tentada a eliminar mis antecedentes y simplemente evitar la humillante situación de estar ahí como en vitrina. Sin embargo y pese a lo anterior, y a las constantes insistencias de mi grupo de amigos, permanecí estoicamente, con la ilusión de que nadie se percatara de mis antecedentes y lo que es peor que mi foto figuraba allí.
Pasaron algunos días y de forma conciente o inconciente me negaba a acercarme al computador, ya que temía que alguna persona me hubiera contactado y ese fuese el inicio de mis estrenos en el cyber espacio del que todos hablaban y comentan por esos días… hasta que una noche por estas cosas de la vida, sin saber como ni cuando, me instale frente al PC y abrí el programa, para mi fortuna nadie me había contactado, situación que solo tardo unos minutos en revertirse, ya que tímidamente aparecía una invitación a conversar.
La sensación fue y seguirá siendo indescriptible, parecía algo así como “mi primera vez”, una mezcla de asombro, curiosidad, miedo y excitación, todo dando vueltas en mi cabeza a la vez, con el corazón latiendo a mil y las pulsaciones creciendo a cada instante… afortunadamente mi nuevo “cyber amigo” era tan inexperto y tímido como yo, comenzamos por saludarnos, presentarnos, decir algunos chistes o frases graciosas para relajar el ambiente y poder comenzar simplemente a conversar… o bueno a escribir.
Sin darnos cuenta habían pasado tres horas, y ya nos sentíamos como amigos, aunque la desconfianza continuaba, porque solo observábamos nuestras fotos y si alguno mentía o falseaba información personal, eso es imposible de saberlo. Posteriormente comenzaron a agregarse otras cyber personas a mis contacto, con las cuales comencé a relacionarme utilizando una simple forma de discriminación, por tanto solo pasaban a formar parte de mis contactos, aquellos que hubieran sido capases de describir algo respecto de ellos mismos en su perfil… en verdad encuentro mucha poesía en un hombre que es capaz de hablar de él sin tapujos y reproches.
Con el paso de los días, conocí a nuevos cyber amigos, todos de diferentes ciudades del país, algunos mas alejados que otros, pero Chilenos e hijos de nuestra patria al fin….me negaba a tomar contacto con los europeos o aquellas personas provenientes de otros países, simplemente porque quería aprender un poco más de los Chilenos, cuestión que en su momento me parecía fascinante, ya que luego de 12 años de extenso noviazgo, sentía que no lograba conocer a los hombres en su esencia.
Después de esta experiencia, pase de ser una renegada del Chat a una cyber adicta, toda vez que comencé a conocer a nuevas y valiosas personas, permanecía horas en el computador, leyendo y preguntando respecto a la vida de los demás y abriendo mi historia personal a más de algunos de ellos, como una forma de reconocerme a mi misma y simplemente de decir “esto es lo que hay”.
En este proceso, comienzo a comprender lenta y sagazmente que uno de los principales problemas de los chilenos era y es la soledad, la falta de tiempo para la vida social, la falta de autoestima en muchos casos, depresión, angustia o simplemente opción personal entre otras, pero la mayoría coincidía en que estaban solos, que si bien eran jóvenes profesionales, no tenían con quien estar o a quien comentarle algunas penas; comencé así a ver el lado humano del Chat, ese lado que muchos ignoran, porque lo ven como simple frivolidad o perdida de tiempo.
Ante lo anterior, no solo me basto con los relatos de mis nuevos cyber amigos, sino que decidí investigar más respecto al tema, descubriendo que de acuerdo a un artículo publicado por la Universidad de chile, con fecha 23 de Agosto del 2005, Santiago es la capital con el mayor nivel de depresión en el mundo, de esta forma el Programa de Tratamiento de la Depresión del sistema de salud público ha atendido a aproximadamente trescientas mil personas, pero se estima que esta cifra debiera alcanzar a un millón seiscientos mil pacientes, que es la probabilidad de chilenas y chilenos con depresión en la actualidad puesto que, de acuerdo a la Encuesta de Salud del año 2003, el 17.5% de la población sufre de esta enfermedad.
Por otro lado, dicha casa de estudios Pública con fecha 19 de Mayo del 2005, que un estudio realizado por la superintendecia de Isapres, el 24% de chilenos tiene depresión y en mujeres la tasa sube a 31%. Junto a lo anterior, en www.terra.cl., se señala que es difícil detectar depresión en la población masculina de Chile, puesto que no acuden a especialistas para tratar la enfermedad. Según el terapeuta laboral, Roberto Castillo, ya que los síntomas del padecimiento son enmascarados por irritabilidad, ira y desaliento.
De esta forma se expone que la tasa de suicidio en el varón es cuatro veces mayor que las mujeres, sin embargo, los intentos de quitarse la vida son más comunes en el sexo femenino. En verdad las estadísticas eran y seguirán siendo alarmantes, pero lo que me parece mas alarmante aun, es la escasez de información respecto al tema y la falta de preocupación de nuestras autoridades….
Frente a esta situación, comencé no solo a darme cuenta de que no me encontraba tan sola y que al igual que yo, otras personas sufrían por dramas existenciales, familiares y sociales similares a los míos… que muchas personas solo querían compañía, un hombro amigo donde llorar, pero también encontré eternos poetas y soñadores que con la ilusión de encontrar al verdadero amor en la red, permanecían horas y horas esperando que su amor llegase.
Si bien, los buenos amigos eran los más, no faltaban los Chilenos que solo pedían sexo, las medidas anatómicas o el numero de calzado, con la convicción y certeza de que la mujer ideal apareciese, y que dichas características fuesen el resultado de mucho cerebro e inteligencia….
De esta forma, cabe no solo preguntarse ¿Qué pasa con nuestra sociedad?, estamos creciendo aceleradamente, estamos cambiando, pasando de ser una cultura netamente tradicional y familiar a una cultura consumista y cada vez más individualista, lo cual nos quita espacio para la solidaridad, el compañerismo o la comunicación.; hecho que salta a la vista cada vez que chateo con mis amigos del cyber espacio y que no solo me lleva a pensar que esto es un grave “cáncer social”, que debemos ponerle un párale a dicha situación y que pase lo que pase, esta frente a todos nosotros la posibilidad y la clave para poder cambiar el rumbo, dándonos espacios para compartir, descansar, conocer personas y bueno en mi caso… conocer personalmente a mis viejos y aproblemados cyber amigos, darles un abrazo y decirles simplemente… bueno… “esto es lo que hay”…